La salud para la Psicología Perenne

SaludLa Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “el estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedad”. Esta definición data desde aproximadamente 1946 y desde allí no ha sufrido mayores modificaciones hasta el año 1992 en donde se anexó la frase “y en armonía con el medio ambiente”, ampliando así su definición. Desde allí han surgido múltiples discrepancias en torno a esta definición, transformando el tema de la salud en una compleja estructura que despierta cada día nuevas lecturas y definiciones alternativas.

Uno de los principales cuestionamientos de la definición clásica de la OMS es que tiende a fragmentar la idea de salud y enfermedad, siendo que ambos procesos son continuos y cambiantes. En respuesta a este cuestionamiento ha surgido un nuevo concepto de salud dinámico que habla acerca de la salud como “el logro del más alto nivel de bienestar físico, mental y social, y de capacidad de funcionamiento que permitan los factores sociales en los que vive inmerso el individuo y la colectividad”. Desde el concepto continuo de salud, podemos distinguir dos extremos del proceso que serian: la salud óptima y la pérdida de salud. Entre ambos extremos encontramos una zona neutra, que es donde se ubica la frontera de salud-enfermedad. Lamentablemente de acuerdo a esta perspectiva es muy difícil distinguir lo normal de lo patológico ya que la salud y la enfermedad están cambiando constantemente en un proceso dinámico sin que sea posible establecer patrones claros y definidos acerca del proceso salud-enfermedad.

De acuerdo a lo anterior, podemos destacar que el punto de vista holístico sobre la salud ha sido un importante aporte, pues al incluir el contexto socio-ambiental como factor determinante de la salud, amplía la multi-dimensionalidad del ser humano. Además, al considerarlo como un ser fisiológico, psicológico y social también permite reconocerlo como un ser en constante cambio, que interactúa activamente como un todo orgánico y que en el ámbito de la salud permite ser abordado frente a todas sus variables constitucionales.

Salud y amorDesde el concepto holístico se considera al ser como un ente biopsicosocial. Sin embargo, no encontramos una integración definitiva de la dimensión espiritual dentro de un concepto de salud. La espiritualidad es una de las experiencias más importantes para el ser humano, ya que le permite satisfacer todas sus metanecesidades, le otorga un sentido de vida y por sobretodo se transforma en una fuerza motivacional importante a través del cultivo de la fe sana. Prácticamente todo el conocimiento filosófico, cultural y religioso de la humanidad concluyen en que la verdadera esencia del ser humano la constituye su propia existencia espiritual. Esta naturaleza espiritual se transforma así en la ontología propia de su ser, en su verdadera identidad y en su objetivo de vida.

El gran aporte de la Oidaterapia al concepto de salud corresponde a la integración de la dimensión espiritual dentro de su definición terapéutica. Entendemos al ser humano como una unidad bio-psico-socio-espiritual en constante evolución. De acuerdo a la Oidaterapia, un abordaje terapéutico necesariamente debe incluir todas estas áreas para así lograr una integración positiva y progresiva del ser humano. De esta forma, el concepto espiritual se transforma en un elemento transversal de la experiencia humana que participa directamente tanto sobre su fisiología, su mente, sus emociones y las relaciones que establece con su entorno. El cultivo y la práctica de la espiritualidad constituyen la clave y la definición de salud por parte de la Oidaterapia. Consideramos que la espiritualidad trasciende el concepto de enfermedad y más bien se posiciona como la herramienta capaz de llevar al ser humano a un manejo eficiente de sus recursos, incluso a pesar de una minusvalía física y/o emocional.

El hecho de que una persona exhiba síntomas de enfermedad física no necesariamente lo condiciona a una posición de enfermo. Por ejemplo: una persona que padezca de un cáncer y que a partir de esa experiencia límite pueda desarrollar cambios de hábitos, despertar valores positivos, transformar sus relaciones con los demás y además de eso encontrar en su vida un sentido espiritual, no necesariamente lo transforma en un “enfermo terminal” sino más bien en una persona “saludable espiritualmente”.

El concepto “mente sana en cuerpo sano” no necesariamente correlaciona con el concepto de salud de la Oidaterapia. En una gran cantidad de casos encontramos personas saludables a nivel físico y/o emocional, pero que en un sentido más espiritual presentan importantes déficits acerca de su cosmovisión, sentido de vida y trascendencia. O también encontramos personas con cuerpos saludables que no necesariamente responden a los parámetros de salud mental/emocional.

hand-173584Podríamos entonces definir el concepto de salud en la Oidaterapia como “El despliegue de la dimensión espiritual del ser humano a través de un conjunto de creencias que le permitan lograr un estado óptimo de bienestar físico, mental/emocional y social”. En la Oidaterapia planteamos la idea de desarrollar un concepto holístico y unificado de salud asociado principalmente al conjunto de creencias que las personas tienen acerca de la realidad. En términos concretos, en lo que las personas “creen” para estar llevando a cabo ese tipo de creencias y el tipo de fe que están desarrollando como consecuencia de esto.

Una fe saludable es el conjunto de creencias que le permiten al ser humano desarrollar la mejor versión de sí mismo en congruencia con sus recursos físicos, psíquicos y espirituales. La fe que permanece en vínculo con el mensaje de las tradiciones místicas y la Divinidad tiene más recursos para desplegar todas sus capacidades, aún en carencia de alguna de ellas. Es de anotar que la fe saludable no está determinada necesariamente por su vinculación a una tradición mística específica, ésta aporta herramientas claras para el cultivo de las cualidades superiores que conducen inevitablemente al bienestar individual y colectivo.

Por el contrario, una fe no saludable es el conjunto de creencias que inhibe y/o distorsiona el desarrollo espiritual de una persona. Estas creencias pueden producir una fragmentación de la unidad holística del ser y además desvincular a esa persona de una cosmovisión coherente de la realidad.

A continuación vamos a enumerar algunos criterios que describen a una persona saludable según la Oidaterapia:

 Nivel Físico

Respeta y cuida su propio cuerpo, como un medio que le permite realizar su misión de vida.

  1. Tiene hábitos de autocuidado.
  2. Presenta buena higiene personal.
  3. Sigue una alimentación compasiva y saludable.
  4. No intoxica su cuerpo.
  5. Es responsable en el manejo de su cuerpo y su energía vital a través de la sexualidad regulada y sana.
  6. Realiza las actividades físicas necesarias para mantener su estado saludable.
  7. Acepta sus particularidades y limitaciones físicas pero busca siempre mejorar su propia condición.
  8. Opta por llevar una vida sencilla y desecha de manera natural aquellas prácticas vánales y superficiales.

 

 Nivel Psíquico
Sus recursos interiores manifiestan diferentes grados de bondad, aceptación, consideración, dominio de sí mismo, respeto, compasión, sinceridad, serenidad, tolerancia, humildad, etc.

  1. Se reconoce a sí mismo como una entidad espiritual.
  2. Acepta que su realidad pertenece a un orden superior.
  3. Establece una relación de gratitud con la vida y el mundo.
  4. Sus acciones son coherentes con su conjunto de creencias saludables y positivas.
  5. Vincula sus expectativas y deseos con un objetivo perenne.
  6. Entiende la relación causa-efecto y las asume con una libertad responsable.
  7. Acepta las dificultades y los problemas como una posibilidad de aprendizaje y evolución.
  8. Se esfuerza consciente y voluntariamente por trascender sus aspectos negativos.
  9. Esta dispuesto a ser instrumento de sus creencias saludables.

 

 Nivel Social
Establece una relación social amorosa y justa, de manera que su comportamiento expresa una conciencia vinculante con su entorno.

  1. Procura el bienestar de los demás y establece relaciones con respeto, amor, empatía, tolerancia y sin discriminación.
  2. Reconoce al mundo como un todo orgánico y acepta su naturaleza divina.
  3. Se responsabiliza por el cuidado de su entorno, respetando la Madre Naturaleza y evitando acciones que se relacionen con el maltrato, el dolor y la explotación.
  4. Tiene sentido de pertenencia con aquellos que también comparten sus creencias.
  5. Defiende los intereses superiores, aunque esto le implique tomar distancia de las costumbres de su entorno sociocultural.
  6. Es un consumidor consciente de las consecuencias de sus gustos y busca satisfacer sus necesidades de la forma responsable.

 

 Nivel Espiritual
a) Individual     

  1. Puede distanciarse a sí mismo de las exigencias de su ego.
  2. Logra monitorear y reconocer la coherencia entre sus pensamientos, palabras y acciones.
  3. Es capaz de trascender sus propios juicios, ideas y pulsiones.
  4. Es fuerte al oponerse a conductas erróneas e influencias negativas.
  5. Desarrolla humildad para recibir una guía espiritual o comprometerse con una tradición mística.

b) Vincular

  1. Reconoce la existencia de una realidad superior.
  2. Puede relacionar leyes pre-lógicas e intuitivas con su realidad superior.
  3. Busca hacerse útil en tareas que exijan dedicación a su realidad superior.
  4. Es capaz de establecer una relación afectiva con su realidad superior.
  5. Fortalece su fe al relacionarse con personas que comparten su realidad superior.
  6. Busca ayudar a que las personas adquieran un vínculo con su realidad superior.
  7. Comparte ante sus pares los ideales que promueve su realidad superior.

 

Estos parámetros buscan definir a una persona saludable desde una perspectiva holística espiritual. El diagnostico terapéutico es complementario a un diagnostico clínico convencional, entendiendo que son diferentes esferas de un mismo ser humano. Principalmente va a enfatizar en el conjunto de creencias, los tipos de fe que pueda tener la persona y su desarrollo espiritual, junto con evaluar la congruencia de ellos con algún tipo de tradición mística y revelación en particular.