Con la Oidaterapia se nos recomienda asumir una dieta saludable conocida como lacto-vegetariana (los únicos productos de origen animal que se consumen son la leche y sus derivados) u opcionalmente como dieta vegana (no se consume ningún producto de origen animal). Además, esta dieta saludable incluye alimentos orgánicos que no han sido modificados genéticamente, ni han sido tratados con agro-tóxicos; incluyendo el consumo de la sal marina, dulcificantes naturales y otros productos integrales tales como arroz, harina, etc. Ya que si comemos alimentos sanos y saludables, todo lo demás mejorará.
Por medio de una alimentación saludable, respetuosa y compasiva, con la Oidaterapia abrazamos el concepto de dar amor y respeto a todos, incluyendo los animales y la Madre Tierra. De esta forma, siguiendo nuestro sentido común, tratamos de evitar por medio de nuestra alimentación saludable, cualquier tipo de agresión innecesaria hacia nosotros mismos, los animales y el medio ambiente.
Aplicaciones
En la Oidaterapia se enfatiza en los factores que afectan directamente nuestra salud; tanto física como mental y espiritual, incluyendo el tipo de alimentos que consumimos. Acá le damos importancia a este aspecto, no sólo en el sentido de tener un tipo de dieta en la que se logren balancear bien los nutrientes necesarios para tener un buen estado físico, sino inclusive, en la que se tenga en cuenta dónde fueron cultivados o de dónde provienen, qué procesamiento se les ha dado, dónde han sido almacenados, durante cuánto tiempo, con qué estado de conciencia son cocinados, etcétera. En otras palabras, se resalta la importancia de tomar conciencia de cómo llegaron estos alimentos a nuestro plato y cuáles resultados nos generarán.
En la Oidaterapia se recomienda especialmente adoptar una dieta vegetariana; ya que al consumir carne, pollo o pescado no sólo estamos consumiendo las proteínas contenidas en ellas; sino que entre otras muchas razones, estamos consumiendo toda la adrenalina que se produce por el miedo que el animal siente cuando va a ser matado y una gran cantidad de componentes bioquímicos propios de la descomposición natural de estos productos que afectan seriamente nuestra salud.
La no violencia y el no abuso de los otros, es un requerimiento para sanar nuestro propio espíritu.
Hacer una huerta consciente Una de las terapias que se proponen en la Oidaterapia que está relacionada con la alimentación saludable, la protección del medio ambiente y la sanación interior es la de hacer una huerta consciente, porque es considerada una terapia de fe en la que podemos contemplar la maravilla de la vida y cómo podemos hacer parte de ella.
Llamamos una huerta consciente, a una huerta que es cultivada con semillas que no están modificadas genéticamente y que en su proceso de crecimiento no son tratadas con agro-tóxicos que contaminen la tierra y los alimentos.
Nuestro cultivo puede ser realizado en un terreno especial para ello y si no poseemos el espacio adecuado, podemos utilizar materas en el balcón de nuestro hogar, en el jardín o en la terraza. Los materiales que necesitamos son muy simples: Semillas orgánicas, agua limpia para regar, tierra, abono sin agro-tóxicos, tiempo, canciones, oraciones, paciencia y luego, tener vegetales sanos y una gran fe en la maravillosa Madre Naturaleza y sus semillas.
Cuando tengamos la tierra lista para cultivar y estemos dispuestos a empezar a sembrar (si es posible en la luna más recomendable para ese tipo de cultivo), podemos hacer una oración a la Madre Tierra diciendo:
Querida Madre Tierra que me has mantenido con tus frutos, hoy pido tu gracia, para que me permitas ser un pequeño jardinero a tu servicio. Te pido que por favor me des fe en tus semillas y en el servicio que deseo ofrecer, para que el Ser Supremo, como verdadero Disfrutador de mis esfuerzos, me regale un exitoso cultivo. Me ofrezco a tus maravillosas fuerzas. Por favor permíteme aprender y ser agradecido con la belleza de cómo somos mantenidos a través de ti.
Esta terapia nos enseñará a cuidar y escoger el alimento para nuestras plantas, teniendo en cuenta que más adelante este será el alimento que va a llegar a nuestros cuerpos. Además, podremos experimentar la conexión que existe entre el bienestar de las plantas y nuestro cuidado, amor y protección hacia ellas; incrementando nuestra fe en la maravilla y perfección de la creación de la Madre Tierra y en nuestra capacidad de armonizar con nuestro entorno de manera asertiva.
Como parte de la terapia, consideramos que es un acto de fe: Hacer alguna tarea en la huerta, ver brotar una semilla que plantamos y defender la plantita contra la maleza. Al tiempo que podemos comparar este proceso con aquello que pasa en nuestras vidas, como algo similar a preparar las bases donde vamos a cuidar y ver crecer nuestra joven fe, protegiéndola de las malas influencias y cosechando el bienestar y la felicidad que de ahí germina.
Trabajar en una huerta también es una excelente lección en la vida para aprender acerca del agradecimiento y la caridad, ya que al momento de la cosecha se puede cocinar algo rico, ofrecérselo al Supremo Creador y luego distribuirlo a las personas necesitadas. Esta es la forma más bella de poner la compasión en práctica y el espíritu de hermandad.